ADOLESCENCIA: EL PISO MUERTO (RELATOS VIVOS)

 Dos adolescentes muy jóvenes y hermosos, en el parque, sentados, hablando sin parar, a veces alto, a veces bajo, pasan de una situación traumática y emocional profunda a hablar de trap o rap, a preguntar cosas como qué sería dejar la casa de sus padres, y esa amiga suya que a veces no soportan. Esa otra chica que no habla con nadie: Hombre: "Sí, deberíamos hablar con ella, ¿no? Siempre está ahí callada, debe tener algo que decir". Mujer: "¿Crees? Si tenía algo que decir... entonces... ¿por qué no lo dice ¡Jajaja! ". Hombre: "Sabés, a veces yo también tengo cosas que decir, pero a veces es difícil porque...". Suena el móvil: el efecto Pavlov reaparece en ambos cerebros. Hombre: (Es su madre) "¡Ohhh! Este es el mejor, es productor, ¿sabías? mañana tiro un one-shot.. ah no importa...". 

Se miran en silencio porque ella no está segura de si él es músico: llevan tres años hablando y nunca mencionó nada, pero a ella ni siquiera le importa. Solo mira sus labios, imperfectos, y se pregunta cómo la imperfección puede ser perfecta en la persona adecuada. Él la mira, siente en su interior que ahora es el momento, ahora es el momento, donde con unas palabras, miradas intensas, y dos almas desnudas, cubiertas de piel y ropa, sentadas en el pasto, bajo el sol mientras una leve sonrisa inconsciente como la boca que quiere enviar un código cifrado a sus aliados del otro lado: es el momento que ha estado esperando desde que la vió haciendo fila antes de entrar a clase en primer grado. 

Así que él mira al suelo y mueve la cabeza hacia la gente distante, no recuerda nada ahora, porque su atención está en otro lugar: "¡Boluda! ¿sabías que...? - Pausa, una cara que en un milisegundo cambia:  ¿Sale foto? Para que este momento se nos quede grabado para siempre". 

Se acercan, fingen una sonrisa que no tenían antes de la cámara, y ahora la imagen es sólo de dos jóvenes juntos, con las manos separadas del otro. El sol no brilla realmente, solo sus ojos húmedos que no se pueden cerrar porque la cámara estuvo encendida demasiado tiempo. 

Ambos guardan silencio y miran el césped durante ocho segundos y ella empieza a sentir una sensación extraña, como si ahora el alma, el cuerpo, tuviera el control, porque no puede entenderlo, como siempre, pensando: "¿Para qué?". 

Mujer: "Kevin, fue un momento genial, ¡mandame esa foto porfa! Quiero tenerla, ¿sabes? Muchas gracias por esto. Gracias por escuchar, nos vemos mañana en la nueva prisión moderna: La escuela (jajaj)". Hombre: "¡Dale! ¡Decile a Romina que a veces gritar está bueno, que pruebe a ver que onda!". Se ríen a carcajadas, pero ahora, la distancia dificulta la conexión entre los cuerpos. 

Ahora, hay una persona en el pasto. Pensando demasiado en su estrategia, su predicción, dudas, miedo, felicidad de no enfrentar un momento emocional complejo, sintiendo que tal vez decir lo que sentís podría tener consecuencias imprevistas, así que está bien: porque ahora recuerda que ni siquiera tiene una canción que grabar, así que pone algo de música en el altavoz del celular y simplemente se relaja en el pasto solo, recordando que su familia lo espera, y que está a salvo, y que todo está bien porque ni siquiera tiene que votar todavía. 

Ella, por otro lado... esa es otra historia; Había conocido el equilibro de cerca antes. Estaba investigando conversaciones de la vida real, internet, psicología, movimiento, tomó clases de baile, habló con su familia, todas las habilidades necesarias para jugar el juego más peligroso: ser ella misma pero sin ser vista como una prostituta regalada y perder así la real percepción de su ser interior sin desequilibrar su real valor de belleza. Y ella dominaba ese juego, porque cada palabra, cada tono, cada mirada, cada movimiento corporal, no sólo era real sino altamente calculado, como una danza de apareamiento que practica desde que nació, solo para él, y solo en ese momento verdadero. 

Porque a veces la suerte es preparación y oportunidad, y ahora lo sabe de cara. Y se va a casa, a seguir bailando, hablando, expresándose libremente, siendo ella misma como siempre; ahora tiene el equilibrio de un monje zen levitando. Mientras camina tranquila, saca su caja negra, donde la espera su familia, sus amigas, sus amigos, y sabe que todos los que están ahí del otro lado están más que disponibles para escuchar una hermosa historia, donde ella no va a hacer quedar mal a la persona que aún ama, aunque hoy esas acciones hayan caído, mañana, nunca se sabe. Pero ahora hay que vivir, y eso también es aprovechar el tiempo. Nunca contempló una tan detallada definición de tranquilidad fuera de lo académico: se sentía real.

 Y él ahí, escuchando una caja de resonancia de rango de frecuencias reducido en un altavoz, pensando que necesita ocho años más, una casa, un coche, un sueldo, ropa bonita, perfume, barba y quizás abdominales. Así que ahora su plan es ir al gimnasio mañana y quemarse los nervios en una hora para pasar una semana fatal  mientras finge movimientos corporales para que sus amigos se queden con la impresión de que está genial, las amigas son todas amigas, mirá si va a expresar su verdad, eso es raro estos días. Con esta estrategia que a esta altura parece tener forma de estructura el juego cambia y ahora es tener que irse demostrando no tener tiempo para hablar de sí mismo, porque tiene que grabar una canción: "De verdad, es fire esto, apenas salga explota", "Cuando suba eso cambia el mundo, acordate".

 Pero el mundo es el mismo todos los días. La gente se despierta, en la calle, en los trenes, en los autobuses, y mira al suelo, a las ventanas, y no puede ver el pasto.

 Pero en aquel momento cuando no sabía qué hacer, cómo reaccionar, cómo adaptarse, cómo conectar con otro ser humano al que creía amar, el pasto estaba estaba ahí al lado de una pequeño trozo de bosque en medio de una gran ciudad para recordarte que los árboles avisan en silencio: "No estás solo. Hemos visto generaciones ir y venir, guerras, asesinatos, masacres, bodas, parentescos. Caída de reyes, el movimiento de las placas tectónicas, rayos cósmicos y tú, pequeño niño, ahora vas por el camino que tendrá dos resultados: la muerte de tu ego o te convertirás en Rey. De cualquier manera, si te pierdes en tu propio camino seguiremos aquí observándote, esperándote, desde el otro lado, porque cuando nuestras hojas hablan, hay algo en el aire. Cuando lloramos, ofrecemos belleza disfrazada de emoción a tu especie, pero tú, pequeño niño, hoy miraste a nuestros hermanos menores que como tú, están en su camino, y eso es raro: el pasto. No pudiste escuchar, pero te dijo algo. Y eso te quedará grabado para siempre aunque no lo recuerdes, y vendrás aquí de nuevo para descubrir si estás preparado".

-Fin- Créditos: Suena Thom York - Black Swan afinado a tono con una canción de Luis A. S. (distorsionado, ralentizado, reverberado y al revés) y luego un comercial de un shopping donde pasan una película de superheroes: "¡No pienses más, vení a ver una peli que podrías bajar pero en una pantalla gigante y con tecnología de hace treinta años, una experiencia única por la que tus padres están pagando porque no les contaste que hablaste con ella en la plaza!". Ahora abrís la otra app, y seguís tu camino pisando el piso muerto.

Comentarios

Entradas con más vistas:

COMPRESIÓN MODERNA (CONCEPTO/PROBLEMÁTICA)

LA FAMILIA (RELATOS VIVOS)

SABIDURIA (CONCEPTO/PROBLEMÁTICA)